Pero nos sigue contando nuestra historia que, tras la conquista de Valencia por Jaime I, ocurrió un incendio en un corralón del Convento de Santo Domingo, hoy en día edificio de Capitanía, y al ir a apagar el fuego, uno de los vecinos que era albañil, Manuel Navarro, descubrió un poco en cuyo fondo encontró esta imagen en perfecto estado. Cuenta el piadoso romance que en la oquedad había luz y una agradable fragancia. Pero desde el año 1538 es cuando adquirió la denominación actual con que la conocemos.