El contenido de su predicación siempre fue el de penitencia y reforma. En este sentido se esforzaba por resolver contiendas, mejorar la vida moral y espiritual, buscando una sociedad más cristiana, más espiritual y más armoniosa. Predicó por toda la Corona de Aragón, la de Castilla y, además, el sur de Francia, el norte de Italia, Suiza y la Bretaña francesa. En muchos lugares se recuerda su paso por los hechos portentosos y milagros que ocurrieron.